
Kiss me like YOU KISS YOUR AMEX
En un mundo donde el amor se mide en millas acumuladas y las emociones se traducen en experiencias “all inclusive”, surge una declaración que redefine lo que significa besar. No se trata solo de pasión, se trata de lealtad premium.
Un beso común puede olvidarse, pero el roce de tu American Express contra la terminal de pago nunca se desvanece. Ese “aprobado” vibra como un “te quiero” eterno. Esa tarjeta no juzga si el gasto fue en un vuelo a Mykonos o en una botella de vino natural en la Roma Norte. Ella siempre responde, siempre está ahí.
Por eso, decir “Kiss me like you kiss your Amex” no es solo una frase. Es un manifiesto. Es pedir un amor exclusivo, sin límites de crédito emocional, con puntos que se canjean en recuerdos caros y momentos instagrammeables. Es exigir que te quieran con la misma devoción con la que alguien acaricia el relieve metálico de su tarjeta Centurion mientras pide un flat white en Lardo.
Porque al final, cualquiera puede dar un beso…
Pero solo los verdaderos saben lo que es amar en versión platinum.